La técnica es un procedimiento ambulatorio y no invasivo.
Se realiza en posición ginecológica, tras aplicación de crema anestésica para que sea indoloro.
Se realizan microinyecciones de neuromoduladores en múltiples áreas a cada lado de la vaginal.
Este tratamiento es muy útil para optimizar otros tratamientos complementarios, como la psicoterapia y la fisioterapia y en ocasiones el uso de dilatadores vaginales.
Después del procedimiento, se recomienda a los pacientes que utilicen dilatadores graduados (de tamaño creciente) durante aproximadamente 2 semanas antes de intentar tener relaciones sexuales. Para algunas mujeres, sin embargo, es útil utilizar el dilatador unos 30 minutos antes de la relación sexual.
La acción relajante de las inyecciones de los neuromoduladores dura de 2 a 4 meses, pero el impacto positivo en la vida de la persona puede ser más duradero, probablemente debido al efecto combinado de la reducción de la ansiedad y la reeducación muscular.
El tratamiento del vaginismo exige un ginecólogo experto y con experiencia, y además es multidisciplinar, beneficiándose tanto de las técnicas de fisioterapia y de rehabilitación como de una intervención psicológica, entre otras.