La cara es el canal privilegiado de comunicación no verbal, la parte del cuerpo más significativa en el ámbito expresivo-comunicativo.

Gracias al mimetismo y la expresión facial es posible comunicar las emociones y sentimientos dando señales e información sobre los aspectos típicos de nuestra personalidad.

Observando el rostro de nuestro interlocutor es posible captar señales interesantes, responder a una sonrisa, un movimiento de cabeza, un abrir y cerrar de ojos.

Desafortunadamente, algunas personas tienen un defecto estético bastante desagradable en sus expresiones faciales: estamos hablando de una exposición excesiva de las encías, especialmente visible al hablar o reír.

Este defecto estético se debe esencialmente a una tracción ascendente exagerada por parte de algunos músculos mímicos de la cara, como el músculo elevador del labio superior y los músculos cigomático mayor e inferior.

Hoy en día es posible, realizar pequeñas inyecciones de neuromoduladores en la zona correspondiente a estos músculos, modificar la motilidad de los músculos mímicos de una forma muy natural y corregir fácilmente este defecto estético.